Irreductiblemente sábado
Amanece irreductiblemente sábado
presagios de ausencias y de ti a cada hora
a cada instante que está por venir
inevitable hasta los huesos
hasta la carne misma de mi pensamiento.
Amanece irreductiblemente sábado
y un hado cubre el cielo de mi tristeza
y te vuelves nube y devienes tormenta
te vuelves cielo, viento y huracán
te vuelves, te vas, pero no vuelves.