sábado, 29 de junio de 2013

Irreductiblemente sábado


Amanece irreductiblemente sábado 
presagios de ausencias y de ti a cada hora 
a cada instante que está por venir 
inevitable hasta los huesos
hasta la carne misma de mi pensamiento.

Amanece irreductiblemente sábado
y un hado cubre el cielo de mi tristeza
y te vuelves nube y devienes tormenta
te vuelves cielo, viento y huracán
te vuelves, te vas, pero no vuelves.