Esta noche me aterra en lo más hondo
en el vació helado de mi pecho sin latidos
en la sangre que se detiene escarcha
en la carne que me tiembla en frío de muerte.
Mis pensamientos palideces hasta el cansancio
hasta destilar a gotas desesperanza en puerta
hasta nublar mi hora por venir de a poco
hasta sentencia a gritos que me desgarran.
Esta noche ignominiosa y conquistadora
me niega el derecho al silencio y al olvido
me lanza al abismo como a una piedra
como a un flecha envenenada que mata al roce.
Mi alma está perdida en medio de esta angustia
y las fuerzas de mis jóvenes años me abandonan
me dejan solo en este rincón gris de la existencia
a la vera de los caminos que señalan al futuro.
Esta noche que de inefable no tiene nada
me viene a cantar en el idioma que mejor hablo
me viene a desarropar de sueños y de anhelos
me vienes a vestir de harapos las esperanzas.
Esta noche sorda y negra y abrumadora
me quiero ver seco y semilla de desierto
me quiere ver espina del desconsuelo
y me quiere ver muerto antes que silencioso.