He
dejado librado al azar un beso...
un
beso que agota tiempos y no labios
y
lo he dejado caer esclavo
bajo
las leyes de la gravedad.
Así
fue que lo apoyé en tu frente
y
me embriagué por un instante
en
el perfume embrujo de tus cabellos
y
en el misterio bello de tu mirar.
El
beso, mi beso y no la lágrima
rodó
eterno en el sueño de las pieles
conquistando
en el jardín de tu sonrisa
la
flor del amor que es única y es todas.
Mi
beso que es el beso y el verso
besó
en caudal desenfrenado tu cuello
y
tus hombros fueron diques de contención...
mi
beso mojó tus pechos y encendió tu corazón.
Mi
beso que es mi verso y tu beso
besó
en tu vientre el camino en fuego
y
bajó profundo hasta dar con el cielo
y
en el lucero de mis antojos besó tu beso.