Desprovisto de urgencias necesarias
me tiro sobre la cama con la firme resolución
de no pensar más en nada
de dejarme llevar dónde la música proponga
y al ritmo sensual del jazz de Joss Stone
mi cuerpo dilata la sensación de relax.
Dejo a un costado los zapatos
y sobre todo, las preocupaciones...
sé que es el momento de sentir profundo
sé que es la hora del espíritu
nada se pude interponer ahora.
Enciendo un cigarrillo
cierro los ojos y casi puedo sentirme volar...
Mientras
el mundo allá fuera se desarma
naufraga invisible a la percepción de todos
y el coro canta en el fondo de mi bar lunático.