Oficio de quererte tanto
Soledad desquiciante
de quererte aunque no te quiera
de invitarte antes de que llegues
pateando las puertas al entrar
antes de que te poses frente a mí
en silencio y casi sin mirarme...
Oficio de quererte tanto
Soledad desbordante
de extrañarte cuando rara vez
has decidido ausentarte
aunque más no sea por un instante
y ni siquiera respondes si hablo
dejándome como un loco
hablándoles a las paredes de casa.
Oficio de quererte tanto
Soledad asfixiante y amante
que de mi confusiones te visto
y de mis confesiones te desvisto
o te desvisto para evitarme
y evitarte salgas al mundo
a perseguirme y acosarme
cuando quiero en versos y poemas
escribirte y describirte o conjurarte.