lunes, 8 de marzo de 2021

AUTOPSICODESCRIPCIÓN (De una sábado a mediodía)

Hay días en los que el cuerpo pesa,
y pesa mucho, montañas de escombros
para un solo alma;
y esta insistente sensación
de andar por ahí a pecho abierto
con el pulmón arrugado
ya sin capacidad para tragar más aire.

Esta ebullición de sangre en venas,
en los sonidos sordos
como de un millar de gusanos
que comienzan a provocarme
arcadas de nada y angustia de todo.
Gigantescos gusanos o serpientes
retorciéndose en las superficies
laterales y externas de los órganos vitales
y la membrana poco feliz del cerebro
quemado, seco e irritantemente ausente.
Y este vacío, que va creciendo inexorable,
es un corazón harto de sufrir la vida.

Las metáforas se me desvanecen
como por licuado
de palabras/anti-palabras
y el pensamiento estalla
sin dar lugar a tregua de ser pactada
aunque no más sean
tan solo
entre suspiros breves y estertores.

La razón se va a desgano de ser.
¡El antiguo juicio me abandona!,
me deja arrojado en mi propio abismo
y ya ni el remoto amor me salva
ni la esperanza:
¡Soy un homo pos-moderno!
He aquí mi desgarro total y radical.

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