Teníamos dos gramos de locura
haciéndonos vacío en un colador.
Veíamos la vida a través de filtros,
con los ojos más allá de las cosas.
Los nombres eran muchos, pero...,
Nuestra memoria alojaba solo uno.
Mirar a los ojos era nuestro idioma
y todo venía a nuestro encuentro.
Tal vez fue amor, ya no lo recuerdo.
Fueron besos de promesas renovadas
en una primavera que se nos secaba.
El verano fue; el otoño un puente.