Cultivá en los vientos
toda clase de ruegos
y esperá tu primavera
dejando crecer la rosa.
No demorés el alba.
Colocame tu sonrisa
al alcance de los cielos,
allí donde mejor brillás.
Ya sabré yo cómo hacer
un paraíso del sueño,
entre tu boca y el sol
o tus noches y el deseo.