Sé del botón gustoso
que estalla a la luz de tus labios
cuando tu boca de antojos
abraza quemante
el pétalo frágil y terso que lo envuelve,
¡ah, esfinge soberbia de raro tallo!
Crece en vigor y sin espinas,
y vos lo agotas en el gota a gota
cual si fuera inagotable fuente
o como si tal el rocío de la mañana.