En el bravío arco que tensa un Ulises
ella se transfigura en dulces melodías
calmando la sed del hombre y sus días
cuando difícil le es el anhelado regreso.
De resplandor diamantino y soberbio
se alza en alas hacia los cielos plata
llena de algarabía y divina en gracia
cual flecha inmaculada por la diana
y se hace compañera de la madrugada
descifrándoles los sueños a las aladas
en los campos áureos de los tiempos
compenetrándose en los bellos cantos.