Ni bien apago el cigarrillo, te enciendes
dibujas y desdibujas tu silueta ante mí
y me besas en los labios a bocanadas.
Fumo y te enciendo hasta extinguirnos.
Pero el tiempo juntos corre con ventaja
y nos volvemos ansiosos y dependientes
compulsivamente buscándonos siempre
sin contratiempo ni escusa, sin demora.
Ni bien apago el cigarrillo me enciendo
te dibujo y desdibujo en una gris silueta
y te beso en los labios, a cada bocanada.
Así, uno a uno, nos vamos consumiendo.