He despertado con el gusto a ti en los labios
tal vez sea que te has llegado mientras dormía
tal vez sea que posaste en mi boca un beso florido
o bien la flor que tanto me gusta de tu jardín prohibido.
He despertado con la tensión del amante por saciarse
con las ansias de embriagarse nuevamente
en los placeres que implican el come y beber de tu cuerpo
otra vez, nuevamente... y cada vez que se nos plazca.
He despertado siendo el capitán de un velero bravío
a cruzar los mares indiferentes que nos separan
y avanzar rompiendo olas y desafiando tormentas
para llegar con fuerza y con brío hasta tus cálidas playas.
He despertado soberbio, erguido y viril en la conquista
he despertado sonriente, con la espada entre mis manos
el santo evangelio de los placeres y dogma de tus anhelos
he despertado con brillo en los ojos, como la fiera al acecho.