Me llueve a cántaros
desde adentro, la poesía...
pero también me seca, como el viento
desde el más allá de lo visible, en el afuera
esa sed nostálgica de nada que tienen muchos.
Me abrazo sutilmente a una palabra
la estrujo fuerte contra mi pecho
y le saco sinfónicos silencios
un brisa
ritmos acordes a los colores de la vida
a los saberes y sinsabores de los días
a lo magnánimo de la existencia, al amor
a la preñez de unos versos, a las miradas...
En fin, me brota a versos una flor
y mi jardín ya luce presto para primavera.