Quienes fueron
dejaron sus pieles en las paredes
dejaron de llamarse y se inscribieron
en el banco de una plaza, o en todas.
Quienes fueron
se silenciaron en el tronco de un árbol
y a la sombra discreta de algún arbusto
se jugaron el pudor y perdieron.
Se desnudaron con las miradas
cerrando promesas a besos.
Se juraron no madurar, y maduraron...
Quienes fueron
ya no son ni las sombras de lo pasado.